Desde que en 1877 Marius Petipa adaptó por primera vez El Lago de los Cisnes para el Ballet Imperial Ruso y, más tarde, cuando Chaicovski lo dotó de una música mágica, la leyenda ha proyectado por doquiera, a lo largo de las décadas, su fascinante encanto. Las distintas épocas han visto variaciones e interpretaciones diferentes de los personajes - el príncipe Sigfrido, Odette/Odile (la Reina de los Cisnes), la reina Madre, el Bufón- que han sido interpretados en la escena por los más notables bailarines y retratados por los artistas más distinguidos. La versión de Petipa se basa en una leyenda alemana, pero el relato de esta edición se remonta a una distinta versión tradicional que habla de cómo la iniquidad del Mago Hechicero es vencida y destruida por el príncipe Sigfrido, y pudieron en el amor unirse los amantes.